Pies fríos, ¿cuáles son las causas y las soluciones?

Algunas personas tienen los pies especialmente sensibles al frío. Cuáles son las causas y cuál es la solución sencilla?

Hay dos razones principales por las que se nos enfrían los pies: la primera es que los pies son las extremidades más alejadas del centro del cuerpo y, por tanto, las más difíciles de calentar. La segunda es que los pies están en contacto con el suelo, y el aire que aísla el resto del cuerpo no hace lo mismo con los pies.

Síndrome de los pies fríos

Algunas personas son más propensas a tener los pies fríos que otras. Los estudios científicos han demostrado que existen varias causas fisiológicas de los pies fríos: el grosor de la piel, el grado de vascularización y la cantidad de grasa corporal y masa muscular. Por tanto, nuestras características físicas y fisiológicas influyen en nuestra capacidad para mantener los pies calientes.

Bebida para mantener los pies calientes

Afortunadamente para los afectados, existen algunas medidas sencillas y eficaces que, combinadas con un buen aislamiento, pueden ayudar a combatir el síndrome de los pies fríos. El problema de la vascularización, es decir, la mala circulación sanguínea en los pies, puede abordarse en primer lugar mejorando la hidratación. Tomar bebidas calientes con regularidad cuando hace frío no sólo proporciona calor instantáneo (sin tener que calentar toda una habitación a 25 grados centígrados), sino que también ayuda a mejorar la circulación con el tiempo, especialmente en el caso de las personas mayores que ya no sienten la necesidad de hidratarse. Seguir una dieta sana y equilibrada también contribuye a mejorar la circulación. Contrariamente a la creencia popular, una comida demasiado rica en azúcar o grasa perjudica la circulación sanguínea.

Elegir los zapatos (o zapatillas) adecuados

No hay ningún secreto: hay que aislar los pies para mantenerlos calientes. Elige un calzado con una suela gruesa, o incluso dos suelas con una suela exterior y una entresuela que aíslen perfectamente el pie del suelo. Nota: una suela de goma aislará mucho mejor del suelo que una suela de cuero. Si prefieres el cuero por su estética, puedes añadirle una almohadilla para mejorar sus cualidades térmicas. Por último, elegir un zapato con forro interior (generalmente de fibras artificiales) te proporcionará un verdadero confort. Un último punto esencial. Es importante no apretar demasiado los zapatos para no bloquear la circulación sanguínea y permitir que los pies respiren correctamente. 

Cuando estés en casa, piensa en utilizar tus viejas charentaises o cualquier otra pantufla forrada, que serán tu mejor aliado a la vez que mucho más cómodas que un par de zapatos.

Calcetines térmicos

Para algunas personas muy frioleras, todos estos trucos no son suficientes y, aunque estén bien aisladas, se les siguen helando los pies. En este caso, los calcetines térmicos pueden ser una buena solución, porque los calcetines llevan los pies directamente a la temperatura deseada, gracias a un sistema de calefacción incorporado que llega hasta la planta de los pies. La sensación de calor proporciona un confort agradable y duradero. 

Existen varias marcas de calcetines térmicos, desde las más caras, que cuestan varios cientos de euros, hasta las más baratas, que rondan los diez euros. Nuestros calcetines se sitúan en la gama media y destacan por su relación calidad-precio. En todos los casos, elija calcetines con baterías de iones de litio, que duran mucho más que los calcetines con batería de uso limitado. Los llamados calcetines térmicos sin sistema de calefacción son de poca utilidad. En este caso, ¡los calcetines de lana harán mucho mejor su trabajo!

Conclusión

Mantener los pies calientes no es sólo una fuente de confort, también significa que no sobrecalientas tu casa, lo que es malo para tu salud pero también para tu cartera... Y con estos consejos, no volverás a tener los pies fríos ;)