Insolación, golpe de calor, hidratación del bebé, síntomas a tener en cuenta... Cuando hace calor, todas queremos lo mejor para nuestros pequeños. Por eso, aquí tienes nuestros consejos sencillos y prácticos para protegerlos del calor y evitar cualquier riesgo de deshidratación. Fáciles de aplicar y tranquilizadores en el día a día.
¿Por qué la insolación en los niños es un tema tan importante?
Cuando suben las temperaturas, también aumenta el riesgo de insolación en los niños. Su cuerpo se deshidrata más rápido que el de los adultos, y un simple descuido puede convertirse rápidamente en un golpe de calor. Fatiga, dolor de cabeza, piel enrojecida... Son signos que hay que vigilar de cerca para reaccionar a tiempo.
Hidratación, deshidratación, golpe de calor: ¿cómo están relacionados?
La hidratación en los niños es esencial para que su cuerpo funcione bien, especialmente en verano. Si pierden más agua de la que beben, se produce deshidratación, que puede conducir rápidamente a un golpe de calor. Y si la exposición al sol es prolongada, hablamos de insolación. Estos tres fenómenos están relacionados, y comprenderlos mejor es ya una forma de proteger mejor a tu hijo.
¿Cuánta agua hay que dar a un niño en verano?
Para un bebé o un niño pequeño (menor de 3 años), se recomienda aproximadamente 1 litro al día. Para los más mayores, entre 1,5 y 2 litros. Y si se mueve mucho o hace mucho calor, no dudes en aumentar un poco la cantidad: cuanto más se suda, más hay que compensar.
¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor o una insolación en los niños?
- Boca seca, labios agrietados
- Cansancio o llanto inusual
- Piel roja o húmeda, sudoración excesiva
- A veces, vómitos o diarrea
- Y también: pequeñas ampollas por calor (a menudo en la espalda o el cuello)
Si detectas uno o varios de estos síntomas, ofrécele agua en pequeños sorbos y con frecuencia. Y vigila bien su comportamiento.
Los buenos hábitos para evitar la deshidratación
Por supuesto, el agua sigue siendo la base. Pero también puedes ofrecer frutas ricas en agua, como el melón, la sandía o los cítricos. Las verduras crudas, como el pepino o el tomate, también son grandes aliadas. En resumen, piensa en «frescura» tanto en el plato como en el vaso.
Y si no es suficiente: piensa en los líquidos rehidratantes
Si los síntomas persisten o si tu hijo se niega a beber, puedes utilizar un líquido rehidratante oral (de venta en farmacias). Es práctico y muy eficaz para reequilibrar rápidamente lo que su cuerpo ha perdido.
¿Cuándo acudir al médico?
Si tu hijo vomita, permanece apático o parece realmente mal, es mejor acudir rápidamente al médico. Una insolación o una deshidratación mal tratadas pueden agravarse rápidamente. Más vale prevenir que curar.
Medidas sencillas para evitar la insolación en los niños
- No exponerse directamente al sol entre las 12:00 y las 16:00
- Bebe agua cada 30 minutos, aunque no tengas sed.
- Ropa clara, ligera y transpirable.
- Una camiseta refrescante para niños o un collarín anti-calor.
- Gorra, gafas de sol y descansos obligatorios a la sombra.
- ¿Y por qué no llevar una toalla refrescante en la mochila?
Un verano tranquilo, para ti y para tu hijo
El calor es parte del verano, pero con las medidas adecuadas, puedes limitar fácilmente sus efectos. Hidratación regular, comidas ligeras, ropa adecuada, sombra y frescor: la combinación perfecta para que tu pequeño juegue, corra y se divierta con total seguridad. Y tú, disfruta del sol... con la mente tranquila.